El sector de la construcción no debe limitarse a formar, de manera empírica e improvisada, a pega bloques o clavadores. Es necesario formar a técnicos realmente calificado, que cumplan y llenen las expectativas de la sociedad y la industria actual y futura.
Pero luego de este proceso surge la pregunta: ¿Dónde trabajarán estos jóvenes tan capacitados y cuál será su ingreso? Pueden trabajar en proyectos de edificios modernos, grandes torres que van más allá de simples construcción, en empresas relacionadas con la construcción, en los ayuntamientos y la Secretaría de Obras Públicas como supervisores de las construcciones municipales, en oficinas de ingeniería, entre tantas plazas disponibles.
De esta forma se reduciría la proliferación de construcciones con vicios y defectos que pueden degenerar en tragedias por derrumbes, además de que se garantiza una mejor terminación en las obras, algo que no pueden ofrecer los improvisados obreros extranjeros.