Tener personal para control de ingreso en obra que pueda evitar la aglomeración de personas en la entrada y cuestionar-evaluar a cada colaborador de su condición de salud ante el COVID-19, para medir nivel de riesgo (por presentar síntomas, por exposición previa o por estar dentro del grupo más vulnerable). Utilizar un formulario que debe completarse obligatoriamente al menos una vez antes de ingresar por primera vez a obra.
Queda a elección de cada empresa si desea actualizar los cuestionarios con alguna periodicidad. Sin embargo, de cambiar la situación de algún trabajador o colaborador, esta debe repetirse. Restringir la entrada a los que presenten al menos dos de los síntomas del COVID-19 y actuar de acuerdo con el Protocolo de Casos Sospechosos.
Restringir la entrada si es una persona vulnerable en virtud de su edad (mayor de 60 años), embarazo, patologías preexistentes como hipertensión, cáncer, diabetes y enfermedades crónicas, enfermedades del corazón y/o respiratorias, HIV, etc. Introducir en lo posible, tiempos de inicio y finalización escalonados para minimizar la congestión y el contacto en todo momento. Es decir, distribuir las jornadas de trabajos en diversos turnos u horarios, para evitar cantidades masivas y controlar el ingreso y salida de los trabajadores. Evitar los saludos con contacto directo y promover que se mantenga una distancia mínima de 1.5 metros entre personas. Parte de los síntomas presentados por los positivos al coronavirus, son la pérdida del olfato y el gusto. Realizar la “prueba del vinagre” como alternativa para descartar posibilidad de contagio. Tomar en cuenta que el producto a olfatear no sea conocido por el evaluado y sea cambiado al pasar los días, para asegurar su efectividad.